Ilustrando de fábula

cliente: personal

Disciplina: ilustración/ TINTA CHINA/ PLUMILLA

EL MONO QUE SALVÓ AL PEZ


«¿Qué demonios estás haciendo?», le pregunté al mono cuando le vi sacar un pez del agua y colocarlo en la rama de un árbol.
«Estoy salvándole de perecer ahogado», me respondió. Lo que para uno es comida, es veneno para otro. El sol, que permite ver al águila, ciega al búho.

El león vencido por el hombre


Cierto artífice pintó Una lucha, en que valiente Un Hombre tan solamente A un horrible León venció. Otro león, que el cuadro vio, Sin preguntar por su autor, En tono despreciador Dijo: «Bien se deja ver Que es pintar como querer, Y no fue león el pintor.»

Las Gallinas gordas y flacas

Vivían en un corral varias gallinas: unas bien cebadas y gordas; otras, por el contrario, flacas y desmedradas. Las gallinas gordas, orgullosas de su buena facha, se burlaban de las flacas y las insultaban llamándolas huesudas, muertas de hambre, etc., etc.
Pero el cocinero, debiendo preparar algunos platos para el banquete de Año Nuevo, bajó al gallinero y eligió las mejores que allí había.
La elección no fue difícil. Entonces, viendo las gallinas gordas su fatal destino, envidiaron la mejor suerte de sus compañeras flacas y esqueléticas.

El lobo con piel de oveja


Pensó un día un lobo cambiar su apariencia para así facilitar la obtención de su comida. Se metió entonces en una piel de oveja y se fue a pastar con el rebaño, despistando totalmente al pastor.

Al atardecer, para su protección, fue llevado junto con todo el rebaño a un encierro, quedando la puerta asegurada.

Pero en la noche, buscando el pastor su provisión de carne para el día siguiente, tomó al lobo creyendo que era un cordero y lo sacrificó al instante.
Según hagamos el engaño, así recibiremos el daño.

Los dos enemigos

Dos hombres que se odiaban entre sí navegaban en la misma nave, uno sentado en la proa y otro en la popa. Surgió una tempestad, y hallándose el barco a punto de hundirse, el hombre que estaba en la popa preguntó al piloto que cuál era la parte de la nave que se hundiría primero.

-La proa - dijo el piloto.

-Entonces repuso este hombre - no espero la muerte con tristeza, porque veré a mi enemigo morir antes que yo.

El camello y la pulga


En una larga jornada Un Camello muy cargado Exclamó, ya fatigado: «¡Oh qué carga tan pesada!» Doña Pulga, que montada Iba sobre él, al instante Se apea, y dice arrogante: «Del peso te libro yo.» El Camello respondió: «Gracias, señor elefante.»

La Lechuza y Las Palomas

Una lechuza se enteró de que en cierto palomar vivían muy bien alimentadas unas palomas. Se pintó de blanco para disfrazarse y se mezcló con ellas.

Las palomas no reconocieron a la intrusa, mientras estuvo sin abrir el pico; pero un día que olvidó cuál era su papel, chilló como lechuza que era y las palomas la echaron a picotazos del palomar.

Desconcertada, regresó a la torre de la iglesia donde vivía, pero sus compañeras no la conocieron por aquel plumaje extraño, y la echaron de su lado. Así la pobre lechuza perdió hasta su propio refugio.